La energía de este lunes es la de un ciclo que terminó y otro que apenas comienza.
Mi primer cumpleaños con L. afuera, aunque no diría que es el primero como madre: el año pasado ya lo era, solo que él me acompañaba desde adentro.
Decidí empezar este nuevo ciclo en el agua. Me sumergí en el mar y dejé que el cuerpo se secara lentamente al sol. Pasé el día haciendo cosas que disfruto y que, como un gesto ritual, deseo seguir invocando durante el año: el disfrute, el amor, la creación, el placer, la familia.
Hubo fotos dentro del mar, tortilla de berenjenas y pequeños momentos de lo cotidiano que son parte esencial de mi vida.
Porque lo doméstico, lo simple, lo que a veces damos por sentado, es lo que más me nutre.
La vida sucede ahí. Y me gusta celebrarla así.
Estos días también estuve editando un proyecto pequeño y profundizando otro.
Estoy trabajando sobre unos carretes que me regaló Lomography, disparados durante la gestación, como cápsula de un proyecto mayor que aún se está gestando.
Las fotos quedaron únicas, experimentales, y eso era parte del juego: vincular lo experimentación con la metamorfosis gestacional.
Empecé a hacer la selección, a jugar con dípticos, y aunque todavía no tengo el resultado claro, todo apunta a un mini fanzine híbrido, íntimo.




En paralelo, esta edición me llevó de vuelta a un cuaderno que le escribí a L. cuando estaba en la panza. Una práctica hermosa en la que le contaba sobre todo lo que me apasiona.
El otro día lo releí y me emocionó profundamente.
Así que hice una nueva lista —esta vez con más de 40 palabras— y anoche saqué la primera.
Volver a escribirle, desde este nuevo lugar, es un regalo.
Y presiento que será mi ritual del verano: esperar a que todos se duerman, abrir la ventana, encender la luz roja, disfrutar la brisa, y escribir.
Viajar, otra vez, hacia dentro.
Y si vos también tenés ganas de experimentar este verano desde adentro, de mirar(te) con calma y sensibilidad, en julio y agosto El Obrador se convierte en un espacio dedicado a la fototerapia.
Una invitación a explorar, crear y registrar con el cuerpo como canal.
Y vos, ¿cómo celebrás tus inicios de ciclo?
Abrazo,
Lucía Cruda