Re-significar el tránsito
Todo es parte de mis mapas
Es marzo, me fui de Cadiz en invierno, llegué a Argentina al empezar el otoño, volé de vuelta a Berlin para los primeros días de primavera y volví a Cadiz para pasar ahí el resto de la estación.
Este tránsito fue de 9 semanas, aunque para mi fueron 22, sumando las que pasé antes en movimiento.
Re-signifiqué el tránsito mientras ocurría. A la distancia veo como se articuló todo de manera orgánica, dándome tiempo y lugar para encajar piezas, despedirme con presencia, disfrutar el momento.
Durante las 9 semanas de tránsito pasaron cosas: habité la guardilla de uno de mis amigos y encontré un refugio mágico en el cual bucear mis profundidades. En esa misma guardilla comencé a construir mi primer publicación fotográfica junto a Vértigo Editora. Disfruté de mis paseos fotográficos. Fumé, volé, canté y toqué la guitarra. Hice fotos con las flores que llenaban el campo. Escribí diarios, hojas y cuadernos con todo lo que me pasaba dentro. Me despedí de un trabajo que estaba afectando mi creatividad y salud mental. Me despedí de una versión mía que no quería me acompañara al próximo destino.
Mientras todo esto sucedía, mientras el tránsito era vivido, no tuve la capacidad de salirme del aquí y ahora. Y aunque en ese momento no estaba segura de estar procesando todo el movimiento, ahora a la distancia entiendo que sí, estaba experimentando el tránsito de un modo armónico, sostenido en el tiempo, sin prisa ni urgencia, de forma natural.
A la distancia pienso en esos días de tránsito. Todas esas tareas que me ponía para estar más despierta creativamente son ahora propuestas esenciales de mis talleres. Muchas de las fotos que saqué intuitivamente son hoy materia prima para algo más.
Registrar y conservar me enseña que todo está encadenado y relacionado;
el proceso está a la vista para quién sabe ver y mirarlo.
Los tránsitos están cargados de emociones. Tener herramientas creativas, disfrutables y de supervivencia me ayuda a vivirlos mejor, me mantiene atenta al durante, permeable a lo que trae y comprometida con su registro, dándole forma a un lugar al que siempre podré volver y seguir entendiendo y revisando.
¿Qué herramienta te acompaña a registrar
la vorágine mental, emocional y de la vida misma?
Soy Lucía Cruda, fotógrafa y arteterapeuta, y te invito a explorar la fotografía como una herramienta de auto-conocimiento y expresión personal.
Si querés aprender fotografía técnica desde una perspectiva personal y experimental, en enero comenzamos EL DESPERTAR, un curso de fotografía inicial.
Si prefieres un acompañamiento más cercano, te invito al Laboratorio Personal, un espacio 1:1 donde explorar tu proceso creativo con guía profesional y sensible, adaptado a tus necesidades y deseos, desde la fotografía técnica y/o el arteterapia.




